Vacaciones en una mazmorra

Periódicamente, debo hacer acto de presencia en la casa donde viven mis suegros. Al estar separados por muchos kilómetros de distancia nuestras visitas no son muy habituales pero, como contrapartida, cuando vamos, nos quedamos varios días. Aproximadamente al segundo día, a veces incluso al primero, ya empiezo a sentirme mal, y es raro que no termine poniendo enfermo. Entrar en aquella casa, para mí, es como pasar unas vacaciones en una mazmorra.

Ya son muchos años, así que no se puede decir que haya sido una coincidencia. He tenido de todo en esa casa: catarros, alergia, gastroenteritis, dolor de cabeza, conjuntivitis, etc. Vale, no me ha dado un infarto, pero son pequeñas (o medianas) molestias que me traen por la calle de la Amargura, como dice mi madre.

Y tras muchos estudios y análisis he llegado a la conclusión de que el problema (aparte de convivir con mi suegra) es la falta de luz. Es entrar en esa casa y olvidarse de que el Sol existe. No lo volverás a ver hasta que cojas el coche y huyas como alma que lleva el diablo. Mi mujer sabe que soy un obsesionado de la luz natural. Necesito ver el cielo o el sol desde al menos alguna habitación de la casa. Para ver un trocito de cielo desde la casa de mis suegros casi que tienes que sacar medio cuerpo fuera en el balcón. Y para rematar, a los padres de mi mujer no se les ocurrió poner estores dia y noche para que la poca luz que entra se pueda filtrar. No, ellos colocaron estores prácticamente opacos en las habitaciones que dan a la calle.

Esta falta de luz, que viene ser a vivir una noche perpetua, influye en mi estado de ánimo y en mi salud hasta el punto de ponerme enfermo. Que sí, que puedo salir a la calle, pero se da la circunstancia de que en ese pueblo llueve 300 días al año, con lo cual tampoco es que apetezca mucho pisar la calle.

La próxima vez que vaya les llevaré unos estores estores dia y noche para colocar, al menos, en el sitio donde yo duerma y me grabaré en el móvil unos videos de cielos azules para verlos cuando empiece a notar los primeros síntomas de enfermedad.