¿Es lo mismo una rehabilitación que una reforma?

Lo cierto es que rehabilitación y reforma son conceptos muy similares. La diferencia está tal vez en matices. Por ejemplo, una rehabilitación suele ser siempre una obra mayor mientras que una reforma pueden ser pequeñas obras que no tengan más calado.

Muchas veces, la diferencia la marca el tipo de edificio sobre el que va a trabajar la empresa de rehabilitacion. Si se trata de un edificio histórico o que está en una zona histórica y sometida a unas normas para su reforma, se habla de una rehabilitación. Tendrá que respetar las normativas y se trata de mantener el aspecto original de la vivienda pero haciendo que sea segura y cómoda para vivir en ella.

Por ejemplo, un piso con una galería con ventanas de madera puede rehabilitarse, en cuyo caso la galería sería en los mismos materiales que los originales aunque sean más modernos. En muchos casos, incluso no sería posible cambiar la madera, excepto si está podrida o afectada por polilla, sino que habría que arreglar la que ya existe. La madera que se cambie se cambiará por otra similar y en algunos casos incluso se exige que todo tenga una cierta pátina.

Sin embargo, si ese mismo piso está en una zona de la ciudad que no está sujeta a normativa podría reformarse y cambiar la galería por otra con ventanas de aluminio mucho mejores para aislar o incluso cambiar el resto de materiales de la galería para darle una apariencia más moderna a la casa. También se podría reformar la fachada, poniéndola mucho más actual.

Hay que tener en cuenta que aunque en algunos casos se tenga en cuenta esta diferencia cuando se habla de rehabilitaciones y de reformas, en otros se toman como sinónimos y hablar de una reforma integral o una rehabilitación se considera exactamente lo mismo. A fin de cuentas, todo lo que sea renovar la vivienda se puede considerar rehabilitación, especialmente cuando influye a las tuberías del agua o a la instalación de electricidad.

Por eso, cuando se contrata a una empresa de reformas o rehabilitaciones, hay que explicarles claramente lo que se quiere hacer y asegurarse de que la empresa lo ha entendido. De esta manera y más allá de la terminología, todo el mundo tendrá claro qué es lo que hay que hacer y se dará un presupuesto en función del trabajo.