Tomar la decisión de romper un matrimonio no es fácil. Pero una vez que se tiene claro que eso es lo que se desea, hay que saber cómo moverse para que el proceso no se alargue innecesariamente ni se encarezca más de lo debido. Para empezar, antes de comenzar a discutir con la pareja, lo mejor es acudir a un Bufete de abogados A Coruña para recibir asesoramiento y dar los pasos correctos desde el principio.
Si el divorcio es amistoso y ambas partes quieren disolver la sociedad y además tienen claro cómo hacerlo, todo irá muy rápido y será barato ya que se puede contratar a un único abogado que lleve a cabo todo. En el caso de que haya hijos y uno de los progenitores se quede con la custodia, habrá que firmar un convenio regulador para acordar cómo se van a repartir las vacaciones y, si corresponden, las pensiones alimenticias que haya que pasar. Si se opta por la custodia compartida, también habrá que recoger las condiciones.
Muchos se preguntan si de verdad es necesario recoger todo por escrito cuando la relación es buena y lo cierto es que sí, ya que nunca se sabe qué conflictos pueden aparecer con el paso del tiempo. Los convenios y acuerdos pueden variarse si ambos progenitores quieren, pero tendrán que respetarse si uno de los dos así lo exige.
Si el matrimonio se firmó en régimen de gananciales, habrá que disolver la sociedad y repartir el dinero y los bienes. Si hay una separación de bienes previa, todo resultará mucho más sencillo. También se tendrá que aclarar si uno de los miembros de la pareja tiene derecho o no a una pensión compensatoria y de ser así, durante cuanto tiempo.
Si el divorcio no es amistoso, todas estas cosas tendrán que acordarse igualmente, pero cada miembro de la pareja tendrá su propio abogado. Lo más inteligente en estos casos es dejar que sean los abogados los que discutan y negocien. Si no se llega a un acuerdo, habrá que ir a juicio lo que alargará el proceso de divorcio y también lo encarecerá.
Una manera de tratar de acercar posiciones cuando el divorcio no es amistoso, es contratando a un mediador. Una figura neutral que tratará de acercar posiciones para que el proceso de separación sea mucho más agradable y sencillo para ambos.