Tu veterinario, tu mejor asesor

Cuando es la primera vez que incorporamos a la familia a un peludito es frecuente que no sepamos muchas de las cosas básicas de sus cuidados. Por eso, al acudir al veterinario para desparasitarlo y ponerle las primeras vacunas, es el momento de hacer todas las preguntas y de comentar los diferentes aspectos relativos al cuidado del nuevo miembro de la familia.

Muchas clínicas se dedican también a la Venta de productos para veterinarios y pueden ayudarnos en todos estos aspectos básicos. Por ejemplo, recomendándonos un pienso de calidad adecuado para cubrir las necesidades del animal. Hoy, muchos veterinarios apuestan por combinar piensos con comida húmeda e incluso con comida natural, siempre que sea de calidad. No hay que confundir darle al perro o al gato comida natural con darle sobras de nuestra comida, lo que puede hacer que sufran carencias o que acaben tomando altas cantidades de grasa o sal. 

También nos pueden dar un kit básico de higiene para el animal, con los cepillos necesarios para su pelo o los jabones con los que debemos de lavarlos en el caso de los perros. Si es posible acostumbrar a un cachorro al cepillado de dientes, vamos a evitar muchos problemas de sarro y pérdida de piezas dentales, por lo que merece la pena intentarlo. Se comienza como un juego y muchos animales, especialmente perros, acaban adaptándose. En el caso de los gatos, estos son mucho más reacios, aunque hay todo tipo de caracteres.

También nos puede ayudar a elegir una correa o un arnés para los paseos del animal y explicarnos cuáles son los mejores y cómo evitar que se nos pueda soltar. En muchas tiendas de productos veterinarios hay toda una gama de artículos de moda que son muy prácticos, como los abrigos para determinadas razas o los chubasqueros para evitar que lleguen empapados a casa cuando llueve. 

La cama del animal también es importante, porque tiene que ser del tamaño adecuado y de buenos materiales para que no le de alergia. Es importante que la tengan en un espacio tranquilo en el que sepan que nadie les va a molestar cuando eligen descansar allí. Esto tiene que hacerse especialmente en casas con niños, enseñándoles a respetar los momentos de descanso de su amigo.

Por supuesto, el veterinario también nos dará las pautas de vacunación y la frecuencia en la que se harán los controles de salud del animal.

Cuidados básicos de higiene diaria de mi perro

Además de bañar al perro con una cierta regularidad y cortarle el pelo si es de una raza que precisa de este tipo de cuidados, también debemos de tener ciertos cuidados diarios para garantizar que el animal está limpito y sano. Te contamos cuáles son para que tu perro sea el chico guapo y limpio que enamora a todos los que lo ven.

Para empezar, debes de cepillarlo a diario. Sobre todo si es de pelo largo, pero también si tiene el pelo corto. Con el cepillado retirarás todo el pelo que le sobra, que está cayendo y conseguirás que renueve mucho más rápido, viéndose más lindo. Pero, además de eso, podrás comprobar que no tiene pulgas ni otros parásitos y que no presenta bultitos o cualquier problema en la piel. Aprovecha el paseo cuando hace buen tiempo para pararte en algún lugar en el que no moleste que lo cepilles y que suelte el pelo, así el animal disfrutará un rato más de la calle y tú no tendrás tantos pelos en tu hogar.

Al llegar al portal de casa, lava sus patitas. Esto es algo fundamental si llueve o si el animal ha paseado por donde hay tierra, pero es muy recomendable hacerlo de cualquier modo ya que el perro ha pisado por la calle, sobre todo tipo de porquería y la va a meter en casa y, lo peor, se va a lamer para asearse. Con una toalla higiénica puedes limpiarle las patas y asegurarte así de que entra en casa libre de las porquerías de la calle.

Otro de los cuidados de higiene para tu perro que puedes hacer a diario, es el lavado de dientes. Si lo acostumbras desde pequeño, seguramente puedas cepillar su dentadura. No tienes que usar nada más que el cepillo para retirar todos los restos que pueda tener entre los dientes y, de paso, comprobar el estado de sus encías y si hay sarro. El cepillado diario hará que no se forme sarro y que no tengas que hacer limpiezas dentales cada poco tiempo. Si  no logras que se deje cepillar los dientes, dale chuches específicas para el cuidado de su dentadura. Estas suelen ser duras y al morderlas se meten entre sus dientes arrastrando la suciedad.

Una vez a la semana, revisa sus orejas y lávalas bien por dentro y por fuera, sin descuidar los pliegues y haz lo mismo entre sus dedos. Verás como tu perro se ve genial con estos cuidados.

Tu perro, ¿deja que le cepilles los dientes?

No todos los perros son iguales ni todas las relaciones entre dueño y perro funcionan de la misma forma. El carácter el animal y el del dueño son variables que hacen que no haya fórmulas mágicas en la relación can/ persona. Pero sí es cierto que hay trucos que ayudan y que suelen funcionar en gran parte de los casos. 

Para cuidar la boca del perro, todos los expertos aconsejan que se le acostumbre a que se le cepillen los dientes desde que el animal es muy pequeño. Y que se haga como parte del juego y de los mimos, que incluirían varias cosas relacionadas con la higiene como la limpieza de las orejas, el corte de uñas o los baños. Pero a veces sucede que animales que son muy dóciles y obedientes se resisten a algo en concreto, ya sea porque les desagrada mucho ya sea porque hemos cometido algún error a la hora de “presentarle” a los instrumentos que se usan. Por ejemplo, el cepillo de dientes.

Algunas personas no son conscientes de que cuando tienen el cepillo en las manos, si las agitan con demasiada gana el perro puede interpretar que se le está amenazando. Es mejor dejar que huela el cepillo y que juegue con él un poco antes de intentar meterlo en su boca. Y siempre, siempre, hay que hacerlo con cuidado, en sesiones iniciales muy cortas, y premiando el tiempo que sea capaz de aguantar el proceso.

Pero si ni con esas el animal quiere saber nada del cepillado, hay otras formas de mantener su dentadura sana. Por ejemplo, usar un spray que evita placa y sarro en perros y que es perfecto para los canes que no se quieren cepillar. Esto se puede combinar con el uso de huesos y galletas que están formulados para que cuando el animal los muerde, puedan arrastrar todos los restos de comida que haya sobre el esmalte dental. De esta manera, se consigue una buena limpieza.

Al igual que sucede con las personas, una excelente limpieza no impide que se pueda formar sarro o placa, sobre todo en quienes ya tienen propensión a eso. Por ese motivo y más cuando el animal ya tiene una edad, puede ser importante realizar limpiezas de dentadura en el veterinario. Este le dormirá para que todo sea mucho menos traumático y así dejarle todas las piezas impecables y que las pueda conservar toda su vida.