UNA VEZ PARA APRENDER

Hace ya unos cuantos años tuve un gran percance un día que fui al fútbol y cuando volví a casa me dí cuenta de que había perdido las llaves de mi casa. Nunca había perdido las llaves de mi casa antes de esa ocasión y no me quedó más remedio que tener que llamar a un Cerrajero urgente 24 horas Cadiz para que me solucionase el problema y pudiese entrar a mi casa para poder dormir e ir al día siguiente a trabajar. Al final sí que me solucionó y pude entrar a mi casa, menos mal que en casa tenía unas copias de repuesto de las llaves y gracias a esas copias no tuve que cambiar la cerradura. Al día siguiente a perder las llaves hice otras copias de las llaves por si acaso y el problema quedó solucionado pero la angustia que pasé la noche anterior no me la ha quitado nadie. Menos mal que en cuanto me di cuenta de que no tenía las llaves llamé a uno de mis amigos que ya me había contado que cuando estaba estudiando en la universidad también habían tenido que llamar a un cerrajero para que les abriese la puerta y fue él quien me tranquilizó porque me dijo que el cerrajero enseguida me iba a abrir la puerta, eso sí, tenía un coste el que me abriese la puerta y que no me iba a dejar mirar cómo lo hacía. Esto me extrañó un poco, pero después me di cuenta de que es para que la gente no aprenda a abrir las puertas con demasiada facilidad para que no se cometan delitos. Esto tiene cierto sentido pero tampoco creo yo que la gente llame a un cerrajero para aprender a abrir las puertas ajenas aunque en este mundo te puedes encontrar con gente de todo tipo, así que lo mejor es asegurar y no dejar que vean como el cerrajero hace su trabajo.

Ahora he aprendido y siempre que he vuelto a asistir a un campo de fútbol siempre me aseguro de que las llaves están en un bolsillo que tenga cremallera para no volver a sufrir otro susto como el de aquella noche.