Cuando tienes hijos pequeños en casa, unas vacaciones pueden ser sinónimo de trabajar todavía un poco más. Porque mientras los peques no tienen cole, los papis han de seguir al pie del cañón. Por eso, de vez en cuando, dejamos a los niños con los abuelos cuando llegan las vacaciones escolares para aprovechar a seguir trabajando y teniendo un poco de tiempo “para nosotros”.
Y lo entrecomillo porque al final, la mayoría de las veces, no es estrictamente tiempo para nosotros, como la última Semana Santa. Hacía tiempo que teníamos pendiente un montón de cosas en casa. Son pequeños detalles pero que se van a acumulando, como el tema de los estores. Hacía tiempo que habíamos decidido Comprar Estores personalizados baratos a medida. Era una vieja aspiración, porque ya no nos gustaban los viejos estores, y alguno, de hecho, estaba medio roto ya.
Pero con el ritmo que llevamos de trabajar y niños, niños y trabajar, estas cosas se van quedando en el cajón de los “pendientes”. Así que, con la Semana Santa, sacamos la lista de cosas pendientes y nos pusimos manos a la obra. Lo primero, el tema estores, porque ya nos daba hasta un poco de vergüenza cuando venía alguien a casa y les decíamos por enésima vez que teníamos pensado cambiar los estores.
La verdad es que estábamos muy contentos con los nuevos que aún no habían sido colocados. Cuando decidimos Comprar Estores personalizados baratos a medida, elegimos con mucho mimo los tejidos y las decoraciones de cada uno porque al ser personalizados no los compramos todos igual.
Dependiendo de la habitación en la que se iban a colocar, optamos por diferentes soluciones. Por ejemplo, para la habitación de los niños escogimos unos estores muy chulos con dibujos que seguro les van a gustar. Para la cocina, sin embargo, escogimos un estor amarillo muy delicado que pega con el tono de ese espacio. Así que lo que se dice descansar, no hemos descansado mucho esta Semana Santa, pero nos quedamos contentos por haber vaciado casi del todo esa molesta lista de los pendientes.