Tengo que comprarle algo a uno de mis amigos para su casa nueva y por ahora lo único que se me ha ocurrido comprarle son unos estores decorados, pero de lo que no estoy muy seguro es de que le gusten a su mujer que es un poco especial y en muchos aspectos solamente se puede poner en casa aquello que ella quiere. Esta clase de gente, no es que me guste mucho, por fortuna cuando estoy con mi amigo normalmente ella nunca viene con él y eso hace que se me haga más llevadera, cuanto menos la vea y me diga cosas raras pues mucho mejor.
Por norma general me suelo llevar muy bien con las novias de mis amigos, pero esta no deja que le caiga bien, ha puesto un muro entre ella y yo y no cede. Es la única, porque con el resto son encantadoras conmigo y no puedo llegar a entender por qué no le termino de caer bien a esta chica si hace un montón de años que me conoce y nunca le he faltado al respeto.
Bueno, que ella haga lo que quiera porque a mi me importa poco que no sea mi amiga, ya tengo amigas suficientes como para que no me haga falta tener más. Porque en la vida al contrario de lo que todo el mundo piensa no hay que tener un millón de amigos, como cantaba Roberto Carlos, con tener unos pocos y que sean de verdad es más que suficiente. Además, en los tiempos que corren cada vez estamos más tiempo solos o con muy pocas personas. Desde que comenzó todo esto del coronavirus, personalmente he tenido contacto directo con muy poca gente. A lo mejor me sobran dedos de las manos para contar las personas con las que tengo un trato estrecho. Y por el momento no creo que vaya a ampliar mi círculo de gente con la que trato, más que nada por seguridad dado que vivo con mi madre y no me puedo exponer demasiado, no vaya a ser que por mi culpa se infecte mi madre.