Que quede claro el nombre de la empresa. Hay muchas tarjetas de visita que son elaboradas por el comercial. La empresa puede estar contenta porque se ahorra el trabajo, pero tal vez, la tarjeta acabe pareciendo lo que es, una tarjeta personal del vendedor y no una tarjeta de la empresa. Si la idea es hacer tarjetas de presentacion de la empresa, el nombre de esta tiene que ser lo que más destaque y deben de ser iguales las que lleven todos los vendedores. Por tanto, lo mejor es que sea la empresa quién las haga.
Que tenga todos los datos necesarios. Ni más ni menos. Si los pedidos se hacen online, la Web debe de estar en grande y clara. Si se hacen por teléfono, lo mismo. Pero si los clientes no tienen que ir a nada a las oficinas de la empresa, la dirección no tiene por qué figurar. Solo serán datos e información que no resultan relevantes. Con tan solo un vistazo, debe de ser fácil localizar esa información que es precisa, como el teléfono del comercial.
Que tenga colores corporativos. Aunque el resto de la tarjeta sea en blanco y negro, los colores corporativos deben de estar al menos en el nombre de la empresa o en el logo. Muchas personas no leen la tarjeta, busca por los colores y el tipo de letra que están acostumbrados a relacionar con una empresa o marca. Por tanto, facilita el trabajo de tus clientes ya que de no hacerlo, la tarjeta podría pasar totalmente desapercibida.
Que tenga algún toque que la haga original y diferente. No deben de confundirse con el resto de tarjetas y por eso es importante que tengan algún rasgo que las haga diferentes. Por ejemplo, un color de fondo que sea bonito pero sin molestar a la hora de leer y sin resultar estridente. Los colores de fondo son una buena manera de que la tarjeta destaque y resulte fácil de encontrar entre varias.
Que tenga una elaboración de calidad. Las tarjetas de presentación en papel de mala calidad se acaban deteriorando rápidamente y nadie quiere guardar un trozo de papel arrugado y que ya no se lee correctamente. Por el contrario, las tarjetas elaboradas en papel de calidad y con buena tinta se mantienen bien durante mucho tiempo y es más fácil que las conserven, pudiendo utilizarlas cuando sea necesario.