¿Leche materna o biberón? Es uno de los dilemas a los que se enfrentan las madres, sobre todo las primerizas sin experiencia. En los últimos años, gracias sobre todo a las directrices de la Organización Mundial de la Salud, la lactancia es la primera opción entre las madres porque aporta todos los nutrientes necesarios al bebé, además de estrechar el lazo emocional entre madre e hijo.
Pero todas las madres que dan el pecho saben que no es todo tan sencillo. Existen innumerables eventualidades que pueden afectar el proceso de lactancia. Conozco un caso de una madre que tuvo que cambiar sus hábitos alimenticios porque su leche estaba afectando al bebé. Al niño le costaba digerir y el pediatra recomendó que la madre evitase la leche y derivados lacteos en su dieta. A los pocos días el bebé empezó a hacer mejor la digestión.
Este caso sirve para entender que la lactancia es un proceso de cierta complejidad que puede en ocasiones ser un poco difícil. Muchas madres primerizas se encuentran con que dar el pecho no es tan fácil como parecía en un principio.
Todo el mundo da recomendaciones: las abuelas, las enfermeras, el pediatra, etc. Los primeros días son muy importantes y la madre debe tener un gran apoyo de la familia. Todavía cansada y dolorida por el parto, la madre debe dar el pecho durante muchas horas al día, y es un proceso agotador. Además, en ocasiones, surgen problemas que pueden afectarla más de lo necesario.
Hay que tener en cuenta que en los primeros días tras el parto, la madre esta con las emociones a flor de piel y cualquier problemilla con el bebé puede deprimirla. Algunos bebés tardan más en adaptarse al proceso de lactancia, tardan en dar con la tecla y las madres sienten que están haciendo algo mal, cuando no es en absoluto así.
Las primeras semanas también pueden derivar en otros problemas. Está el caso de la leche y derivados lacteos antes mencionado, pero pueden darse otras pequeñas dificultades. De cualquier manera, cuando llega el primer mes, casi todas las madres tienen dominado el proceso y los bebés toman el mejor alimento para ellos: la leche materna.