¿Cuáles son los beneficios de las masas congeladas?

La preparación de masas para bollería, panes y pasteles es un proceso largo y tedioso, especialmente en cantidades tan elevadas como las requeridas en hoteles y restaurantes. Para agilizar esta tarea, delegarla en terceros es una decisión acertada, y la mejor forma de conseguirlo es contar con un distribuidor de masas congeladas.

 

Este tipo de masas presenta múltiples beneficios, como la posibilidad de almacenarlas en óptimas condiciones durante días, semanas y meses, dependiendo de su composición. Este tratamiento no afecta a la calidad ni al sabor del producto (panes, rosquillas, etcétera), por lo que mantiene su valor para el consumidor final.

 

Otra de las ventajas del uso de masas congeladas es el ahorro de tiempo y de costes que suponen. Para la preparación de pasteles, panes y demás era necesario, tradicionalmente, adquirir los ingredientes por separado y proceder a amasarlos y darles la forma conveniente; con las masas listas para utilizar, el cocinero debe únicamente retirar su envoltorio y hornearlas al gusto.

 

Los establecimientos hosteleros que invierten en masas congeladas logran mejorar sus márgenes de ventas, al reducir el gasto en muchos de los ingredientes requeridos en la elaboración de masas desde cero. Además de ser positivas para la tesorería del local, esta clase de masas contribuyen a la mejora general de la productividad.

 

En este sentido, disponer de un extenso catálogo de productos de bollería es fácil con el uso de masas congeladas, ya que los responsables del negocio no tienen por qué dedicar una ingente cantidad de horas a preparar una oferta variada de productos. En muchos casos, se exponen incluso a desaprovechar una parte de la producción, pues los artículos de bollería y de pastelería tienen una alta caducidad. El uso de masas congeladas permite cocinarlos en pequeñas cantidades, reduciendo así el desperdicio de alimentos y optimizando el inventario.