Efectos colaterales 

Desde hace bastantes años, mi trabajo me exigía mucho movimiento, pero era algo que siempre me había gustado. No me veía sentada en una oficina de 9 a 5 durante 30 años como tenían pensando hacer muchos de mis compañeros. Por eso cuando en mi empresa actual me ofrecieron un puesto de relación con los proveedores y me especificaron que debería viajar mucho a mí me gustó. Otras muchas personas tienen reparo a viajar tanto, pero yo llevaba poco trabajando y me pareció una aventura. 

Pero como todo en la vida, una se termina cansando de tanto trajín. Había llegado el momento de parar un poco. Siempre había rendido bien así que hablé con mis jefes para ver si podían recolocarme en la oficina y no hubo problema. Quería algo más tranquilo, pero el trabajo de oficina no es exactamente como yo pensaba. Tiene sus efectos colaterales. Pasarme todo el día sentada me está afectando físicamente. 

Siempre fui una persona estreñida. Tenía mis trucos, y trataba de controlar la alimentación para facilitar las digestiones, sobre todo con mucha fibra y yogur bifidus. En mi anterior puesto me movía mucho, sobre todo viajes cortos tanto en coche como tren o avión. Algunos compañeros con trabajos parecidos a los míos se suelen quejar de que no comen adecuadamente de viaje pero yo soy una persona extremadamente cuidadosa, precisamente porque desde pequeña he tenido bastantes problemas de estómago.

Ahora, no sé si será mi nuevo trabajo o que algo ha cambiado en mi organismo, pero estoy otra vez bastante mal con el tema del estreñimiento: tal vez sea un efecto colateral de pasar tanto tiempo sentada. La cuestión es que yo trato de alimentarme igual, como mucho yogur bífidus y alimentos con fibra pero algo no va bien.

Tal vez debería ir al médico o ser un poco más paciente. Tampoco es que el puesto que me han dado sea muy divertido. No tiene sentido echarse atrás ahora, porque fui yo la que pidió cambiar pero le dará un tiempo más para ver si me adapto y mi cuerpo también se adapta.