Horror en el supermercado 

No hay brócoli por ninguna parte. ¿Qué es lo que pasa? ¿Y ahora cómo hago yo mi puré? Ya es el tercer supermercado al que voy y no encuentro varios productos, entre ellos el brócoli. No sé si se trata de una especie de escasez de alimentos frescos o una coincidencia, pero está claro que estamos en un momento muy extraño para los supermercados con todo el mundo echándose las manos a la cabeza por los precios.

Como tengo un amigo que trabaja en el sector de la distribución de alimentos, tengo información un poco más privilegiada. Sí, él también es Proveedor de brocoli congelado entre otros muchos productos y me ha comentado bastantes cosas sobre cómo está el sector desde la pandemia. Y es que han sido dos años de una auténtica revolución para el sector. 

De los problemas de abastecimiento debido a la psicosis colectiva de los primeros tiempos de la pandemia, cuando los consumidores compramos papel higiénico como si se acercara el apocalipsis y no quisiéramos vivirlo sin tener papel en el baño, hasta la subida de precios producto de la inflación. Es evidente que ahora cuesta mucho más llenar el carro de la compra que hace un año. Y en los productos frescos se nota especialmente. Pero supongo que la mayoría no queremos renunciar a nuestra dieta, aunque seguirla conlleve un 10% más de gasto en cada compra.

Mi amigo me comenta que su trabajo se ha estabilizado bastante tras la huelga de transportistas, pero sí que se percibe que todavía hay productos que escasean periódicamente. Por ejemplo, como Proveedor de brócoli congelado en ocasiones los productores tardan más en ofrecer el producto a los distribuidores por problemas con las propias cosechas. Pero también se debe a desbarajustes logísticos debido a una situación de alta tensión en muchos mercados.

Recordemos que hay países que todavía siguen con restricciones, está también la guerra de Ucrania y sus consecuencias logísticas y de transporte, y la inflación. Parece el cóctel perfecto para que lleguemos al supermercado y se desate el horror porque faltan dos o tres productos indispensables. Pero supongo que nos tendremos que acostumbrar a ello.