Las mascarillas no parece que vayan a desaparecer en breve de nuestras vidas. Muchos dicen que incluso cuando el coronavirus no sea más que un mal sueño o un problema similar a otros muchos que afectan de manera leve a algunas personas cada año, las mascarillas seguirán utilizándose para prevenir la gripe o para evitar contagiar catarros, tal como hacen en muchos países asiáticos.
Sea como fuere, hoy son muchos los comercios en los que el personal tiene que atender al público con una mascarilla y una buena manera de que todo sea más agradable, es dotando a este personal con mascarillas personalizadas con el logo del negocio. Así, se evitan problemas del tipo de qué mascarilla tengo que usar o si la que cada trabajador lleva está o no homologada.
Uno de los defectos más importantes de las mascarillas es que suelen resbalarse por la nariz, sobre todo en determinados tipos de rostro. Por eso es fundamental contactar con un distribuidor de Alambre nasal para mascarillas y fabricarlas de forma que se ajusten perfectamente al tabique nasal. Solo con presionarlas suavemente, las mascarillas tomarán la forma de la nariz y quedarán perfectamente fijadas impidiendo que caigan, favoreciendo el poder ponerse la gafas encima o evitando que haya una gran holgura por la que pueda colarse el virus.
Si se van a llevar puestas muchas horas, hay que asegurarse de que son cómodas y para eso nada mejor que fabricar mascarillas que puedan atarse en lugar de ajustarse con gomas en las orejas. Este tipo de mascarillas con goma son problemáticas ya que a unos pueden quedarles grandes mientras que a otros les pueden apretar. Las mascarillas con cintas para atar siempre se ajustan perfectamente y resultan fáciles de poner y de quitar. Además, se resbalan mucho menos.
Hay que evitar las cintas que se colocan en las gomas para que la mascarilla quede en la nuca, ya que se está situando la mascarilla en una postura que no es la natural para la cual está pensada y que puede estar restándole mucha efectividad.
Tener una cantidad de mascarillas suficientes para que todo el personal pueda cambiársela con la frecuencia necesaria según el tipo de material con el que está fabricada es también muy importante para que la imagen del local sea la más apropiada. Pero, sobre todo, para que nadie se contagie y todo el mundo trabaje sin riesgo y los clientes tengan la seguridad de entrar en un lugar seguro.