¿Integrar o no integrar? 

¿Estás pensando en reformar la cocina? Es una de esas zonas de la casa en las que pasamos mucho tiempo, especialmente aquellos a los que nos gusta cocinar. Vale, que hay personas que no pisan la cocina nada más que para abrir la nevera y coger un yogur, pero la mayoría de las familias vivimos entre el salón y la cocina, siempre de acá para allá. Por eso la reforma de la cocina es como un acontecimiento. Pero cuando reformamos la cocina, se supone que es para mejorar. Por eso es importante evitar algunos errores habituales.

Consultando a especialistas en reformas de cocinas vigo uno de los primeros errores que advierten es el del empeño que tienen muchas personas de integrar a toda costa cocina con salón. Es como una obligación si nos atenemos a esos programas tan famosos que ponen por la televisión, por ejemplo, el de esos gemelos tan estupendos que no pierden la sonrisa ni cuando encuentran amianto o ratas entre los tabiques. 

Pues bien, en los programas de estos dos señores no hay cocina que no termine integrada en el salón. Es como si fuese absolutamente inconcebible tener una casa en la que el salón no estuviese comunicada con la cocina, un estilo típicamente americano. Pero a este lado del Atlántico, las cosas siempre han sido un poco diferentes.

De cualquier forma, tal y como nos indican los especialistas en reformas de cocinas Vigo, más allá de las modas, están las posibilidades de cada casa, el presupuesto y el sentido común. En ocasiones, integrar una cocina con un salón es arquitectónicamente imposible. En otras ocasiones, es un proyecto faraónico que conlleva un considerable gasto y, en otros, atenta contra el sentido común más elemental.

La cuestión es que cada uno debe valorar antes que nada qué quiere conseguir integrando cocina y salón siempre que eso sea posible. ¿Es una cuestión de practicidad? ¿Es una necesidad? ¿Una moda? ¿O un capricho? Con esto no queremos decir que no se deba integrar la cocina con el salón, solo que es una cuestión que hay que valorar con la cabeza, y no con el corazón.