¿Son iguales todas las carnes grasas?

Si quieres adelgazar o bajar tus niveles de colesterol seguro que te han dicho que tienes que dejar de consumir carnes grasas. Pero ¿son todas las carnes que contienen grasas iguales? La verdad es que no y resulta importante conocer sus diferencias.

Si tus compras un trozo de carne de ternera, por poner un ejemplo, puedes encontrarte con carne que tiene un borde con mucha grasa, como puede suceder por ejemplo con las chuletas para hacer a la parrilla. Esa grasa blanca de los bordes es la que siempre hay que evitar porque es la más perjudicial tanto para el colesterol como para perder peso.

Podemos decir, por simplificar de algún modo, que estamos hablando de la gordura del animal, de la grasa que este ha acumulado y que, por tanto, es la que tiene niveles más altos de colesterol. Algo muy diferente de lo que ocurre con la grasa entreverada que algunos cortes contienen en pequeña cantidad. Por ejemplo, si tienes un trozo de carne de ternera para asar es habitual que tenga pequeñas cantidades de grasa entreverada que son los que hacen que la pieza resulte más jugosa.

Esta grasa entreverada es una gran fuente de Omega 6, fundamental para la salud no solo del organismo en general, sino también de las venas y de las arterias. Por eso, desde siempre nos han dicho que este tipo de cortes no son malos para la salud.

El problema en los tiempos actuales es la alimentación de los animales. Si los animales han sido engordados de manera artificial con piensos, esa carne en general no será de gran calidad y tampoco lo va a ser su grasa, que hay que evitar. Puestos a consumir esta carne de calidad cuestionable pero que muchas veces es la única de la que se dispone, hay que elegir siempre trozos totalmente magros para evitar esas grasas malas.

Por el contrario, en la carne de animales alimentados con pasto, la grasa entreverada no es un problema, sino que es la fuente de Omega 6 de la que hemos hablado. Por decirlo de algún modo, es el equivalente animal a la grasa Omega 3 del pescado, aunque deben de consumirse en menor cantidad. Por eso, si tienes la suerte de conocer el origen de la carne que consumes o las garantías de que procede de ganado ecológico, puedes consumir estos cortes con grasa entreverada de forma moderada sin temor al colesterol o al aumento de peso.